17 de diciembre de 2008


Cada día las lineas me dan más respeto.

Respeto hacia cada curva que trazo para vestir a cada letra.

Elegante y clásica.


Respeto hacia los recuerdos que dibujo con la pluma alzada,

como si el miedo a desfigurarlos invadiera mi muñeca.

Respeto hacia los sueños, como si con el pecado de vaticinarlos

se antojaran caprichosos y desleales a mis esperanzas.


Respeto por ti...

Por poder equivocarme en cada suspiro que forma tu rostro,

como si el color de tus ojos se infravalorase al compararlos con el misterio del mar.

Verde sereno y cristalino.


Respeto por mi amor.

Ese que siento poder rasgar con una uña

o aplastar con el peso del latido de mi corazón.

Ese que solamente te pertenece a ti y a tu capricho.

Esclavo y sumiso del tacto de tus huellas...