Mi historia es triste, como podría serlo cualquier otra,
Pero la dedico a vos, que dignáis a escucharla.
Y que cruel y cierta la vida,
Que todo lo que vivimos nos marca la cara
Y lo que no hacemos nos marca el pensamiento...
Más, ¿Qué podría pedir un infame y grosero bufón como yo?
Un don nadie que pasa las horas sentado en su hombro
Para susurrarle una y mil veces que la docencia del corazón
Se encuentra en mí esperándole inquieta
Por sentir sus sentidos expuestos a mis palabras.
Un grosero y calculador que absorbe cada uno de los aromas
Que le recuerdan a su piel,
Esa piel por la que tanto tiempo ha navegado…
Pero la vida es justa,
Y me ha hecho curar todas las heridas que causé en su persona,
Todos los deshechos que produje en el tejido de su destino,
Todas las noches que le regalé con falsa pasión…
Y es que cruel y cierta la vida,
Que todo lo que vivimos nos marca la cara
Y lo que no hacemos nos marca el pensamiento…
Ese pensamiento que permanecerá
Por los restos de mis días en mi memoria,
Vengador y lujurioso de esos días
En los que te hice creer que te quería.
De esos días en los que me condené…
- Noelia -
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