El bosque y la casita

- ¿A qué vamos a jugar?
- Ahora verás, tú cierra los ojos
- Cómo, ¿así?
- Nooo, espera que te los vendaré.
- ¿Pero me va a doler?

- ¿Qué ves?
- Nada
- ¿Cómo vas a ver nada?
- ¡Espera! Parece ser que algo se acerca a mí.
- No, te acercas tú...


"Cuando el pequeño fue a deshacerse de la venda con olor a humedad
y a abrir sus ojos se vio rodeado por un paisaje
que no era precisamente el que dejó atrás antaño.
Numerosos y frondosos árboles enfundados por un silencio agudo
recorrían todo el espacio hasta alcanzar las puertas del universo,
compuestos y feudales delatando su corta edad.
Un espacio verde con ricos aromas a maderas y flores silvestres,
aromas cortados por la frialdad del viento que los arrebataba a su antojo egoístamente. Buscó a su hermano entre la flora llamándolo a gritos,
pero no puedo escuchar mas que el eco de su voz
y sus pisadas rebotando en cada corteza
y en la frondosidad de aquél bosque...
Hasta que a lo lejos pudo divisar una pequeña casita de madera,
Con un portón pesado

y visillos decorados con diversas flores rojas, amarillas, verdes...
Y en la parte superior, se podía avistar un humillo que salía de una chimenea,
Dando a descubrir la existencia de alguien en su interior.
El pequeño dudó ante la posibilidad de acercarse...
Podría ser peligroso,

pero también podrían decirle si habían visto a su hermano.
Sin más preámbulos decidió caminar entre los árboles hacia la casa,
Decidido a empujar ese gran portón que daba paso a la vivienda
Cuando de repente unas bisagras empezaron a chirriar en mitad del paisaje,
Rompiendo con el silencio que lo habitaba..."

- Noelia -