13 de mayo de 2006

El bosque y la casita IV




"- Pero... ¿Qué haces tú aquí?
- ¿Cómo que qué hago yo aquí? Has llegado a este frondoso bosque gracias a mi, pequeño.
- ¿Cómo? Estoy sólo y muy asustado.
- No tienes nada que temer, ya sabes que nosotros estamos contigo.
(...)


Un personajillo de medio metro se encontraba
iluminado por una serie de luces procedentes
de su sombrero tintineante, totalmente feliz al
encontrar por fin al chico.
Después de explicarle a su pequeño invitado
la historia de los antiguos bosques que guardaban
la casa perteneciente a la bruja Einaj,
nuestro personaje pudo llegar a entender cual
era el propósito de aquella visita inesperada.

- Es fácil de entender, verás. Tu hermano vino

hace muchísimos años a visitarnos del mismo modo que tú.
Su simple imaginación lo transportó a nuestro mundo donde fue atendido de forma especial por Einaj,
totalmente complacida al verse acompañada
después de haber vivido durante sus 300 años de juventud sola.
- ¿Trescientos años? ¡Guau!
- Si, como puedes ver somos todos bastante jóvenes por aquí, además de altos.
- ¿Pero sois más?
- ¡Por supuesto! Están los delicados elfos, las temidas basílicas, cíclopes, fénix, las delicadas sílfides, ondinas y por supuesto los horripilantes gnomos, seres no demasiado simpáticos y gruñones fruto de noches apasionadas entre elfos y hadas. Todos procedentes de los pirineos de Aragón, faltaría más por favor.
- Y tú eres un...
- Bueno, sí. Soy un gnomo pero mi descendencia es más pura. Por mis venas corre la sangre de los mejores arqueros y hechiceras de la región.

Nuestro chico no pudo hacer más que abrir los grandes ojos hasta tal punto de salírseles de las órbitas. ¿Era verdad todo aquello que aquel diminuto ser vivo le estaba contando? “Las hadas no existen, ve a la cama”. ¿Cuántas veces había escuchado esas palabras? Cada vez que mamá lo mandaba a dormir. Definitivamente aquella aclaración que le estaba siendo proporcionada no hacía más que asustarlo y desconcertarlo. Había llegado a un mundo de elfos, ondinas y pájaros fuego; pero, ¿cómo saldría de allí? Según dijo el pequeño gnomo su hermano también había viajado allí, pero... ¿Por qué nunca se lo había dicho?

- Miles de preguntas invaden tu cabeza. Todas ellas te serán respondidas a su debido tiempo, pequeño. "


- Noelia -

No hay comentarios: