No lo voy a negar. Sería una inmensa tontería pensar que iba a ser algo creible, sobre todo cuando empezase a morderme los labios, taconear de forma constante y rizar uno de mis rizos. Inevitablemente me pongo nerviosa, y con cierta timidez lo admito y proclamo: Yo también tengo nervios. Nervios de pensar que la fecha se va aproximando y yo sigo aquí tan tranquila pero a la misma vez sin tiempo alguno para poder hacer algo, excepto pensar en la semana que me espera en mi tierra.

Disfrutar con los amigos, compartir experiencias, caos estudiantiles, historias de príncipes y princesas, todo ello acompañado por una inmensa luna y un cielo cargado de estrellas que, seguro, augurará buena noche cargada de sonrisas. Solo faltas tú, lo sabes, pero no te preocupes corazón porque Semana Santa está a la vuelta de la esquina. Familia, mi casa, mi almohada... el mar. Y todo ello hace que le de mil y una vueltas al calendario, para decidir finalmente tachar todos los días hasta llegar al lunes que viene, para ver si así se esfuman sin tener que esperar más, pero el truco no ha funcionado, y dia a dia me levanto con una sonrisa pensando que ya me queda menos para verlos.

¿Quién iba a pensar que un aeropuerto sería el principio de una bonita historia de... recuerdos? Pues lo es. Y todo volverá a ser como antes durante una semana larga e intensa, solo que cargada únicamente de aspectos positivos y hechos que endulzarán mi vida. Y lo siento si mi mente no da para más, pero es el único sentimiento que en estos momentos abarca mi corazón, dedicándole cada uno de sus mimos e ilusiones. Y es que me he dado cuenta que he llegado a amar mi tierra, con sus más y sus menos, con sus tipos de gente, con su clima.... contigo.

- Noelia -