9 de enero de 2006

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Atrévete a decirme que tienes miedo,
Admítelo.
Dime que sientes pánico ante esta situación,
Y liberarás dos almas…
La tuya al sentir que nada más posees dentro
Y la mía al pensar que puedo contigo.

Atrévete a decirme que no quieres esto,
Admítelo.
Dime que sientes placer al pensar en mí y pánico al verme,
Y liberarás dos almas…
La tuya al ver mis ojos que transmiten compasión
Y la mía al jugar contigo según mi antojo.

Atrévete a decirme que no puedes vivir sin mí,
Admítelo.
Dime que sientes angustia al pensar que no puedes tenerme,
Y liberarás dos almas…
La tuya al pensar que me haces sentir importante
Y la mía al ser testigo de tu debilidad.

Atrévete a decirme que me quieres,
Admítelo y solo así liberarás dos almas…
La tuya al entregarme tus sentimientos
Y la mía…


La mía al darme el poder sobre tu pobre alma
Que sin darse cuenta se ha rendido ante los pies de su Verduga.
- Noelia -

2 comentarios:

S.M.M. dijo...

Muy bueno y por desgracia completamente fiel a la realidad...

Generalmente las chicas tenéis la sartén por el mango... y claro, en ese momento podéis hacer con nosotros lo que queráis, ya sea hacer el papel de salvadoras, o verdugas como el caso del poema :P

Para colmo el amor confunde al enamorado, le ciega... así que nunca podría ver a esa persona como una verduga (al menos hasta que se le pase el aturdimiento). xD

Un saludo, sigue así ^_^

Noelia dijo...

Bueno, no se yo qué decirte ¿eh? lo de tener la sartén por el mango se puede discutir, más bien digamos que en las relaciones siempre suele haber un listo y un enamorado...
Estoy totalmente de acuerdo contigo en eso de que el amor confunde al enamorado pero en fin, el amor es otra forma más de sufrir ya que al fin y al cabo, te arriesgas a exponer tu vida a una persona que no sabes qué hará con ella. No se chico, no estoy yo ahora en situaciones para ver el amor con buenos ojos =P. Un beso